El concepto de este proyecto es introducir el programa respetando los muros históricos del Allenador y vincular de manera estrecha la vivienda con las vistas de la huerta.

El volumen existente se mantiene en su geometría y materialidad. El uso de materiales con texturas rugosas e irregulares generan el diálogo con los muros de piedra existentes.

El acceso se produce en la zona de noche a través de un espacio oscuro que genera un recorrido hacia la zona de día guiado por la potente luz que proviene de esa zona y se refleja en los paramentos.

La zona de día se extiende hacia la terraza apropiándose de ella y difuminando el límite entre el interior y el exterior.

La sinceridad constructiva aparece en el proyecto con el fin de dialogar con los muros de piedra existentes, los cuales se enfatizan a través de la iluminación.

El espacio de la cocina se retira a uno de los laterales con el fin de que el espacio sea lo más claro y continuo posible.